domingo, 11 de abril de 2010

La casa del señor Clin


El señor Clin era un gran vidriero que vivía en un pueblo pequeño y tranquilo.En la parte posterior de su casa tenia su taller y huerto con rosales, lechugas, repollos... Moldeaba hermosas figuras y frascos para envasar perfumes. Calentaba la pasta de vidrio, la mantenía durante un instante en el extremo de una caña agujereada, y cuándo soplaba a través de ella se producía el milagro: una sirena de mar, un ciervo, un pájaro.El señor Clin vivía sólo y era un hombre muy despistado y desmemoriado, nunca recordaba dónde dejaba las cosas. Así que decidió hacer un armario, una cómoda y una nevera de cristal. Ya sabía dónde estaba todo y decidió a la mañana siguiente hacer los grifos, el sofá y las cañerías de cristal.¡Y toda su casa de cristal! Cuándo Clin se duchaba la gente lo veían y lo tachaban de viejo loco y la gente no pasaba por su lado para no saludarle. Así que le entra el bicharraco de la pena, y empezó a llorar, todo su cuerpo se convirtió de cristal y tenía miedo de caerse, un día se cayó y los trocitos de cuerpo corrían entre las piedras y tintineaban en las piedras cantando su nombre:¡Clin!, ¡Clin!, ¡Clin!. Como una sonrisa ¡Clin!, ¡Clin!, como un juguete nuevo ¡Clin!, ¡Clin!, como un beso breve ¡Clin!, ¡Clin! Como un niño de zapatos de vidrio salió a la calle el viejo señor Clin.

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